La vida cyborg ha cambiado la vida de muchas personas – no solamente al percibir la mezcla de lo humano y lo tecnológico, sino también al definir su propio ser entre el espacio virtual y el “real”.
Un cyborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción.
Donna Haraway[1]
La vida cyborg[2] ya es visible en todos lados: En el metro, las calles, las aulas, las oficinas, el cine, el concierto. Ahí están las personas con sus extremidades tecnológicas, que parecen no poder separar de sus cuerpos biológicos.
El ejemplo más evidente es el teléfono móvil, inteligente o no, con el que permanecen varias horas del día, en la mano, en el bolsillo del pantalón, al lado de la cama, pero siempre cerca del cuerpo. La vida cyborg ha cambiado la vida de muchas personas – no solamente al percibir la mezcla de lo humano y lo tecnológico, sino también al definir su propio ser entre el espacio virtual y el “real”. Además cuestiona las binaridades ficticias que forman parte de la realidad social, como naturaleza-cultura, suave-duro o mujer-hombre.
En este sentido, el artículo “El Manifiesto Cyborg”, de Donna Haraway[3], bióloga y filósofa estadounidense, fue publicado en 1985, mucho antes de que existieran los cyborgs de la actualidad. Sin embargo ella vio entonces un potencial enorme para la sociedad. En su texto se concentra en una pregunta fundamental: ¿qué ofrece la tecnología desde la perspectiva feminista? Por ejemplo, en relación con el acceso a la información y la posibilidad para las no-escuchadas de irrumpir en el espacio público.
El mundo está subdividido por fronteras diferentemente permeables a la información. Ésta es esa especie de elemento cuantificable (unidad, base de unidad) que permite la traducción universal y, por lo tanto, un poder instrumental sin estorbos (llamado comunicación eficaz). La amenaza mayor a tal poder es la interrupción de la comunicación.
Donna Haraway
En 1985 esa postura feminista afirmativo frente la tecnología fue algo positivo y nuevo, puesto que antes otros muchos movimientos feministas tenían una postura tecnofóbica[4]. Hoy en día encontrar posibilidades para el feminismo en la tecnología es básico para la mayoría de las ciberfeministas. Ellas entienden la tecnología como un espacio de lucha que se debe ocupar y usar para sus fines, por eso las teorías de Haraway siguen siendo importantes para ellas.
No existe nada en el hecho de ser ‘mujer’ que una de manera natural a las mujeres. No existe incluso el estado de ’ser’ mujer, que, en sí mismo, es una categoría enormemente compleja construida dentro de contestados discursos científico sexuales y de otras prácticas sociales.
Donna Haraway
No solamente su punto de vista frente a la tecnología fue radical. Es llamativo cómo ella “deconstruye” diversos constructos desde la hibridez de lo cyborg. Así, según Haraway, hay un desvanecimiento entre las binaridades, por ejemplo lo humano y la tecnología, lo natural y lo cultural; así como entre los géneros femenino y masculino. Pero además cuestiona la idea del concepto de “las mujeres” desde una postura postestructuralista, por lo cual fue muchas veces criticada por otros movimientos feministas de este tiempo porque su lucha partía del concepto "mujeres".
La categoría ‘mujer‘ negaba a todas las mujeres no blancas; ‘lo negro‘ negaba a toda gente no negra, así como a las mujeres negras.
Donna Haraway
En la crítica del concepto de “las mujeres” está incluida su crítica al feminismo blanco[5] y “privilegiado” —de cual forma parte. Con este enfoque y la idea de la hibridez se concentra especialmente en la revalorización de “la Malinche, madre de la raza ‘bastarda’ mestiza del nuevo mundo, maestra en lenguas y amante de Hernán Cortés”.
Desde su perspectiva, la Malinche no solamente representa lo cyborg porque es la creadora de una raza y cultura híbrida, resultado de “una violación, una producción ilegítima que permite la supervivencia”, sino también por la mezcla de los lenguajes que habla. Y en este punto la autora identifica un elemento fundamental de poder, pues para ella el lenguaje, la comunicación y la escritura son “la tecnología de los cyborgs”.
Es así como llegamos a nuestros días, con movimientos como el de las (e)stereotipas, influidas por Haraway —si bien en un contexto distinto. Entre las diferencias que existen, las (e)stereotipas siguen hablando de “mujeres”, el concepto que Haraway estaba deconstruyendo. Pero por otro lado ellas también están convencidas de que el lenguaje, “la tecnología de los cyborgs”, es una herramienta poderosa para el feminismo. Aplicado a su manera, combinan el feminismo con “el lenguaje natural del capitalismo, que es el pop”.
[...] las luchas de los derechos humanos son también luchas del lenguaje: cómo hacer que una palabra sea la palabra con las que más personas se refieren o piensan en algo.
(e)stereotipas[6]
En otros casos no mencionan a Haraway pero hay coincidencias en más temas. Por ejemplo, en que la región juega un papel importante y su relación con los espacios colonizados —aunque no hablan en este contexto sobre colonialidad se describe un deseo de emancipación.
Somos latinoamericanas porque creemos en la importancia de los lazos no solo entre mujeres y entre personas sino entre regiones y la importancia de generar, en nuestra lengua, nuestras propias historias, referentes, símbolos y discursos.
(e)stereotipas
Esto se parece a la revalorización de la Malinche que menciona Haraway: buscando su propio camino. En este caso las (e)stereotipas buscan difundir la revalorización y creación de un propio lenguaje e historias, desde el “poderoso pop”, y difundirlo a través de las nuevas tecnologías y medios digitales.
De esa forma sus ideas feministas llegan en forma de memes en Facebook, videos en Youtube o textos en su blog, hasta esos celulares que son parte de los cuerpos cyborgs para cuestionar esa ficción de los estereotipos de género y que tienen un impacto enorme en la realidad social.
[1] Todas las citas de Donna Haraway en este articulo son de “Manifiesto para cyborgs” (https://ciudadtecnicolor.wordpress.com/2007/07/18/manifiesto-para-cybor…)
[2] “Cyborg” o “ciborg” es un criatura mezcla entre lo humano y la tecnología.
[4] Encarar la tecnología, y los cambios que propicia, desde el miedo o la paranoia.
[5] “Feminismo blanco” se refiere a que la mayoría de las teorías feministas son producidas por mujeres blancas, y en consecuencia carecen de diversidad de etnicidad y religión, entre otros.
[6] Todas las citas de las (e)stereotipas en en este artículo son de “Feminismo y pop: Caminos estéticos para hablar de derechos humanos”, de Catalina Ruiz-Navarro
(https://estereotipas.com/2016/09/18/feminismos-y-pop-caminos-esteticos-…)